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sábado, 4 de abril de 2020

Despues del Amanecer (capitulo III)


-III-


Era madrugada de otoño, de esas que parecen anunciar la llegada del invierno. La niebla envolvia las calles y solamente unas pocas personas se encontraban afuera. Casi todas ellas Botas Negras que hacian respetar el toque de queda obligatorio por medio de gritos, golpes o disparos. Madrugada tranquila, donde en el puesto de salida Noroeste se estaba alistando la ultima expedición de recolección.

En los primeros Conglomerado años del  las expediciones se limitaban a algunas cuadras a la redonda, todo se conseguía saquenado negocios, ferreterias o incluso el Colegio Militar lindante. Este ultimo les brindó maquinaria pesada, vehiculos y armas. pero con el correr de los años de saqueo constante, las expediciones tenian que recorrer mayor distancia, quedando mas expuestas a los peligros del Exterior. Animales que se volvieron salvajes a razi del abandono y la mutación, zonas con contaminación residual de los tiempos de la Peste y, quizas lo mas peligroso, encuentros con Foraneos. Hacia mucho que no se reportaba un combate con otros humanos, pero era un peligro latente que muchos preferian evitar.

Por todo lo anterior, el grupo de exploración actual contaba con apenas tres personas. Nadie queria arriesgarse a salir de la comodidad viscosa del asentamiento. Una vez Hugo quiso realizar una especie de selección obligatoria para nuevos exploradores, ya que era necesario cubrir varias rutas a la vez. El experimento resulto en fracaso, los seleccionados nunca regresaron. Algunos dicen que fueron devorados por los grandes perros que rodean el Conglomerado. Otros que pudieron llegar a asentamientos mas benignos y alli se quedaron. De cualquier manera esa fue la ultima vez que se obligó a alguien a salir. Tal era el miedo que reinaba dentro de las murallas.

Chicha tenia en claro que su trabajo, no era como comerciante o cultivador. Ni siquiera se comparaba con las Botas Negras. Para ella ser exploradora requería apostar su vida en cada incursión, comer mal por dias (incluso peor que adentro de las muerallas), jornadas enteras de travesia y dolores en el cuerpo por dias luego de cada misión. Todo eso para que el Conglomerado pudiera subsistir. Nafta, herramientas, remedios, comida, semillas y armas era lo que buscaba. Por supuesto era imposible hoy en dia conseguir todo, por loq ue los exploradores sufrian una presión adicional con cada salida. No, no era un buen trabajo ser exploradora pero gracias a el ella y Rocky podían comer algo todos los dias. Otros no tenian esa suerte.

Se dirigió al encuentro de los otros dos exploradores. Un hombre ya entrado en años con barba blanca y ojos azules y una muchacha que apenas habia cumplido los 18 años hacia unos dias. El primero era el viejo Matias, una especie de mentor para Chicha. Se conocieron cuando ella, con menos de diez años, trato de robarle el FAL cuando el viejo estaba durmiendo. En vez de castigarla, el viejo vió en ella algo que lo convenció de entrenarla para la exploración. Despues de Rocky era a la persona que mas escuchaba y a la unica que obedecia siempre. De la otra chica Chicha podia decir poco. Que se llamaba Raquel, tenia 18 años y se habia unido a los exploradores por los "beneficios" que implicaba. Esta era su tercera salida juntos. 

A la hora estipulada el protoclo de salida se activó. 

A partir de ahora y hasta llegar al puesto total silencio. Les dijo a sus subordinadas Matias 

Se apagaron las luces de todo el asentamiento y se empezó a abrir el gran porton de la diagonal sudoeste del Conglomerado. Fuertemente vigilados por Botas los tres miembros del equipo salieron, con su correspondiente fusil al hombro y andando cada uno en bicicletas, llevando en sus espaldas mochilas de andinismo cargadas con provisiones para el viaje. Antes de partir Chicha procedió a aferrar su imagen de Santa Teresita con fuerza, en una plegaria silenciosa pidiendo protección. 

El tramo que unía el Conglomerado con el puesto de vigilancia, debía de hacerse en bicicleta, con el menor ruido posible. Eran unas veinticinco cuadras donde las posibilidades a que los asaltase una jauria de animales hambrientos y rabiosos eran altas. Se habian descartado lo autos por ser ruidosos Las jaurias se queden en los alrededores del asentamiento por meses. Solaemente se usaban despues del Puesto.

La oscuridad era total. Los tres exploradores viajan solamente iluiminados por el brillo de las  estrellas. Podria pensarse que para mejorar la visibilidad se elegian noches de luna llena para salir, pero la experiencia demostro que en esos momentos las jaurias se encontrban mas activas que de costumbre. Asi que siempre el viejo eligió salir en noches de luna nueva. la falta de luz no era impedimientos para ellos ya que se habian acostumbrado a este camino y ya se lo sabian de memoria. Quizas Raquel, la incorporacion mas nueva, se manejaba de manera mas cautelosa. Todavia no se habia memorizado los baches  y los atajos. Por lo que obligaba al grupo a ir un poco mas despacio.

Chicha por otro lado aprovechaba este tiempo de silencio para reflexionar. Nunca se lo dijo a nadie, ni siquiera a Rocky, pero el camino hacia el Puesto era lo que mas le gustaba hacer. Lejos de los ruidos y las luces del conglomerado Chicha se paseaba, a oscuras y en silencio, por las calles mortuorias de los que algunos mayores llamaban Conurbano. Nadie la molestaba, el aire era mas fresco y siempre las estrellas brillaban para indicar su camino. Sobre todo las estrellas, ella salia por las estrellas. Podia admirarlas cuanto guste, preguntarles como era la vida antes de la Peste. Preguntarles si sabian donde se fue su padre. Si algunas vez volveria a verlo.

Porque era inevitable que recorriendo las ruinas de lo que habia sido una selva de cemento llamada Conurbano, como era la vida antes de la gran Peste. Muy pocos recuerdos guarda ella de esos dias. Apenas algunas imagenes con su abuela jugando con gatitos en el patio, o algunas canciones de jardin. Los guardaba en su memoria con gran temor a un dia levantarse y olvidarse de ellos, por eso siempre que podia cantaba alguna de esas canciones. O trataba de acariciar a algun gato vagabundo, de los pocos que se veian en el Conglomerado.

Ella recuerda mas el año de cuarentena. De jugar con su madre todo el dia, mientras su padre iba a buscar viveres. En esos dias la peste era tratada como una gripe mas fuerte, que afectaba mas a la gente mayor. Tidavia habia vida, habia esperanzas. Luego un dia su padre dijo que el virus muto, se volvio mas peligroso. Ya no se podia salir a la calle sin proteccion y todos los esfuerzos de prevencion y busqueda de cura habian sido en vanos. Que lo unico que podia hacerse era no salir. Convertirse en naufragos en un mar de muerte. Su madre lloró ante estas palabras.

Organizandose con los vecinos de su edificio pudieron subsistir un tiempo. Padre habia sido previsor y había comprado animales de granja y lo mas importante, una bomba para extraer agua de las napas subterraneas. Nadie sabe que bicho le pico a él, algunos dicen que su paranoia esa vez le jugo a favor, pero lo cierto es que volvio autosuficiente su hogar, apenas si salian. Aun ahí su padre tenia esperanzas de que todo voilviera a ser como era. Siempre le decia a ella que su sueño era verla correr libre de que viera y tocara a los arboles y a las plantas. De que no viviera rodeada de tanta muerte. Chicha siempre lloraba al recordar cuan ingenuo era.

De pronto el viejo que iba delante de la prosecion paró en seco y alzo su puño en señal de alto. Chicha repitio la señal para Raquel que apenas pudo verla y frenar antes de chocar con ella. rapidamente Matias señalo que a lo lejos, sobre los restos de un viejo auto estaban tres perros, enormes y rabiosos destrozando la ultima cena. El viejo ordeno rapidamemte bajar de las bicicletas y esconderse. Si los canes los veian o los olian seguramente irian a por ellos. O peor, llamarian a sus camaradas. Mucho no podia hacerse, era cuestion de esperar a que el grupo de animales sue fuera una vez terminada su faena. Esto podia tardar unos minutos o algunos dias. Por si acaso Matias ordeno mediante señas revisar y racionar los contenedores de agua y las galletas marineras.

Por suerte habia escombros y autos abandonados por doquier, asi que el esconderse rapidamente no hbia sido problema. El inconveniente radicaba en esperar, con una navaja al cuello, sin hacer demasiado ruido, a que esas bestias se fueran. Parecian estar disfrutando el festin que les generaba algun animal desgraciado. Chicha odiaba esperar, si fuera por ella, habria intentado volver sobre sus pasos y probar alguna ruta alternativa. Pero conocia demasiado bien a Matias. Sabia que el no se arriesgaba por nada y ya habia notado que el viento habia cambiado de direccion. Cualquier movimiento fuera de su escondite habria sido detectado al instante por las bestias. Por el respeto que le tenia se quedó callado, acurrucada en un rincón. Sin darse cuanta se dormitó. Hasta que a lo lejos empezó a escuchar un motor de gasolina acercandonse desde el Norte, detras de los perros. Al principio pensó que era la gente del Puesto, pero era improbable, ya que ellos no poseian la llave de los autos. Las llevaban los exploradores en sus camperas. Se incorporó rapidamente y se colocó al lado de Matias que ya se habia parpaetado para obervar la situación.

¿Son los del puesto? preguntó Chicha.

Imposible. respondio el viejo. No tienen las llaves. Aparte ese ruido no es motor de auto. Es de moto. Y en el Puesto no hay.

¿Y entonces?

Foraneos, que mas puede ser. Nunca los oi o los vi tan cerca de casa. Nunca antes de varios kilometros del puesto. Debe ser un grupo de avanzada, exploradores como nosotros, que buscan provisiones para sus lugares. Esto cada vez sepone mas jodido. Lo unico que nos falta es una guerra a las puertas de Conglomerado. Puta madre, el Puesto deberia haber avisado.

Pero las bestias obviamente tambien escucharon el ruido de los motores. Alzaron sus cabezas por un momento y uno de ellos, el mas grande, el Alfa, lanzo un aullido tetrico, imposible de describir sin caer en comparaciones de ultratumba. Acto seguido los tres animales mas dos que estaban escondidos corrieron en direccion a los vehiculos que se aproximaban.

¡Rapido pendejas, agarren las biciletas y salgamos rajando. Faltan siete cuadras para el Puesto, tenemos que volar! Los perros van a estar entretenidos un rato pero no por mucho tiempo

Como rayor corrieron y agarraron sus rodados. De tanta prisa que tenian a Raquel se le cayo la mochila con los viveres, el viejo ordenó que no se detuviera. Estaban literalmente parados pedaleando con todas sus fuerzas, cuando a los lejos se oyeron frenadas y luego gritos. Disparos y mas gritos le siguieron. Por ultimo un breve silencio y al final el mismo aullido mortuorio. Carne fresca.

Al pasar por donde estaban los perros en un primner momento, Chicha aminoró la marcha. Se dio cuenta que no eran animales lo que desgutaban las bestias en ese lugar. Eran restos de no menos de cuatro personas distintas. Algunos cuerpos estaban con sus ropas bañadas en sangre. Con miembros faltantes y con la cara desfigurada por colmillos del tamaño de una mano. De otros solamente sus brazos o piernas quedaban. Chicha tambien notó un auto que estaba fuera de lugar. Nunca lo habia visto en sus innumerables viajes. Tenia las luces prendidas pero no habia nadie adentro.

Los foraneos habran pasado la ruta con ese auto a las chapas y eso alertó a las jaurias. Son unos estupidos....Porque el Puesto no aviso! Sigan mierda que se nos vienen encima!

Al viejo se le habia escapado toda su compostura. Gritaba se tambaleaba en su bicicleta. Parecia un novato. Pero tenia razón. Si el puesto  observaba algun moviemiento sospechoso, ya sea de animales o de Foraneos  avisaba por medio de bengalas. Esa noche no hubo ningun aviso. Solo un cielo completamente estrellado.

Faltaba la ultima cuadra. Solo quedaba doblar a la esquina y ya estarían seguros dentro de las murallas del Puesto. Otrora era un edificio de departamentos a la vera de una Ruta que recorria de Oeste a Este el antiguo Conurbano. Hugo y los Fundadores lo habian acondicionado para que sea un faro de vigilancia y un punto estrategico en las misiones de exploracion. Con una guarnición de mas de cien hombres, algunos de ellos ex militares, y fuertemente armado, el Puesto era un lugar inexpugnable. Al menos Hasta esa noche.

Varios incendios se sucedian en los pisos inferiores de la torre. las puertas del Puesto estaban complemente abiertas como si alguien las hubiera dejado asi a proposito. El trio entro con cuidado, esta vez dejando a un lado las bicicletas y empuñando los FAL. Al entrar vieron una carniceria. Una docena de cuerpos tirados, amontonados y a medio quemar. A diferencia del anterior suceso estos hombres habian sido masacrados a plomo. Raquel oyó gritos dentro del edificio central del Puesto y sin dudarlo entró. Al salir llevaba en andas a un hombre mal herido y chamuscado que estaba desvanecido.

¡Adentro hay otro! en el Primer Piso. Gritó. Chicha y Matias corrieron hacia alli, sortenado lenguas de fuego que parecian estar consientes.  En el primer piso, en el ala Sur encontraron desmayado a otro. Era un adolsecente que no llegaba a los dieciocho años. Lo bajaron con dificultad y lo dejaron al lado del que habia rescatado Raquel.

¿Que mierda hacemos? Dijo Raquel. Si bien no miró a nadie, era Matias quien respondio.

Puta madre!. No nos podemos quedar aca. Estamos muy expuestos, pueden venir mas Foraneos o incluso jaurias. Allá hay un auto que todavia sirve, salgamos de aca mientras podamos.

Si, hay que avisar al Conglomerado que hay peligro. Dijo Chicha mientras cargaba a uno de los hombres en direccion al Volkswagen Fox señalado por el viejo.

No vamos al  Conglomerado. Salimos a la ruta.

te volviste pelotudo? dijo Raquel mientras ayudaba a Matias a cargar al otro sobreviviente en la parte de atras.

Piensen Carajo! Si volvemos nos topamos con las jaurias estalladas en sangre. No tenemos chance. Si nos quedamos acá lo mismo. No, la unica es salir a la Ruta. Aparte necesitamos saber de donde vienen esos hijos de puta. El puesto cayo y el Conglomerado esta expuesto. Lo unico que separa a nuestra comunidad de la muerte, son esas bestias peludas. pero por cuanto tiempo? Hay que averiguar quien nos viene a romper las bolas.

Mierda, Mierda! Queres hacerte el heroe? Justo ahora? Alla estan nuestras familias, no pensas que podrian estar en peligro y nosotros acá boludeando? Yo me vuelvo. Dijo Raquel y empezó a girarse. rapidamente Matias saco el Beretta que tenia en la cintura.

Te quedas aca!. Quieras o no estamos los tres juntos en esto. Y mientras estemos afuera, el que manda soy yo mierda!. No voy a dejar que te mates, ni pongas en riesgoa  los demas. Antes de subir al auto dale el FAL a Chicha. Vos raquel adelante conmigo y Chicha atras con los sobrevivientes. A diez kilometros hay una estacion de servicio. Hasta ahí no paramos. Luego vamos a explorar de donde carajo vinieron esos. Ese es el plan. Queres Ayudar a los que estan alla en el Conglomerado? Veni y dejate de joder.

Raquel dudó en entrega. rle el arma a Chicha. pero al final resignada lo hizo. Se subieron todos al auto. Al encarar la colectora Chicha saco por la ventanilla un arma de begalas que habia encontrado mientras buscaba a sobrevivientes en el edificio central. La bengala, como un lucero, se elevó y rajó el cielo con su luz.

¡Que hiciste pendeja! Dijo Matias visiblemente enojado. Sin inmutarse en lo mas minimo Chicha respondio.

Avisar. 

El Fox iba a toda velocidad sin luces por la Ruta. Los sobrevivientes todavia estaban desmayados, mientras que Raquel y Matias seguian dsicutiendo. Chicha se dejo llevar por lo que observaba del afuera. La naturaleza lentamente devorandose los pedazos de cemento del camino, las sombras de las ruinas de los barrios que como tumbas sin nombre señalaban un cementrio profano. Y las estrellas. A ellas les pregunata en silencio si todavia habia esperanzas.


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